Entrevista La Opinión de Málaga: Cristóbal Peñarroya
La Opinión de Málaga. 10 de Julio de 2016
Cristóbal Peñarroya: “El verano en la Costa del Sol lo vende hasta mi nieto, hay que apostar por el invierno”
El Grupo Peñarroya cumple 50 años con nuevos proyectos como un hotel de lujo y un posible parque de ocio en Marbella
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Cristóbal Peñarroya (Málaga, 1945) no concede entrevistas pese a que en 1992 era propietario de un medio de comunicación local. Este año está de celebraciones. Su grupo de empresas familiares cumple cincuenta años de actividad en la Costa del Sol. Peñarroya es un empresario con carácter y los que lo conocen dicen que, a veces, hasta difícil. Fiel a sus amigos, amante de su familia, de su mujer Mari Pepa Espíldora y de sus cuatro hijas Pepa, Ana María, Marifrancis y Mónica, es directo en el trato y enamorado del barrio de La Victoria que lo vio nacer, de las tradiciones malagueñas, de la Semana Santa y de su Virgen del Rocío, a la que profesa una fe muy personal. Su único hobby conocido es trabajar 24 horas al día los 365 días al año.
Peñarroya empezó con 14 años de botones en un banco, luego cayó en la tentación del ladrillo siendo comercial de venta de materiales de la construcción y con 19 años edificó su primer bloque en Los Boliches. Animado por el resultado -lo vendió todo sobre plano– promovió una gran urbanización en Mijas Costa y empezó así una aventura empresarial que el pasado jueves compartió con más de doscientos invitados en el beach club del resort Holiday World para celebrar el cincuenta aniversario de su grupo. Allí citó a las personas que siempre han estado a su lado, además de su mujer y sus cuatro hijas, y tuvo palabras de reconocimiento para aquellos que han contribuido al desarrollo del grupo, como Paco Carvajal, su director financiero; Antonio Valero del Valle, su arquitecto; Enrique López, su brazo derecho durante toda su travesía empresarial; Sebastián Miralles, exdirector del Banco Popular de Málaga y que siempre le apoyó; y Remedios Miralles, directora de Recursos Humanos, por el equipo profesional de su grupo.
Lleva décadas sin conceder una entrevista.
No me gusta estar presente y verme en los periódicos.
La mirada de Cristóbal Peñarroya se llama su blog. Si retrocede 50 años, ¿qué Cristóbal Peñarroya recuerda?
Todo ha cambiado más de 360 grados. La Costa del Sol y la Málaga que yo conocí no tienen nada que ver. Y lo que es mejor, nadie en aquella época se podía imaginar todo lo que se ha logrado en estos cincuenta años. Es impresionante. Yo empecé construyendo en Los Boliches y en el Faro de Calaburra con 19 años. Antes, con 14 años, trabajaba como botones en Banco de Siero, luego me dediqué a vender ladrillos y la primera obra la empecé comprándole a mi padre terrenos que se los pagaba cuando yo vendía. Es decir, no arriesgaba casi nada pues tenía dinero para hacer la obra y cuando vendía los apartamentos le pagaba a mi padre.
El grupo Peñarroya factura unos 66 millones de euros anuales. Empezó como una pequeña promotora inmobiliaria con 25 trabajadores y ahora mantiene más 700 puestos de trabajo.
No, no. Te corrijo. En verano superamos los mil cien trabajadores y esperamos crear más puestos de trabajo si la cosa no se complica y las administraciones nos dejan.
¿Cómo explica ese cambio?
Nadie te regala nada. La clave es trabajar 24 horas. Yo no sé hacer otra cosa que no sea trabajar. Además, tengo la suerte de tener cuatro hijas que son cuatro leonas que dirigen con solvencia el grupo. Pero a parte de la aventura por el riesgo de todo empresario, una de las claves es la alta capacidad y el talento de todos los que trabajan en el grupo. Esto se lo debemos al departamento de Recursos humanos y a su directora.
Repasando la historia de su grupo llama la atención que en pleno ´boom´ urbanístico dejara en segundo plano la actividad promotora y se adentrará en un sector nuevo como el hotelero. El dinero estaba entonces en el ladrillo.
Es fácil de explicar. En aquellos años más del 25% de nuestra ventas inmobiliarias eran a extranjeros. Nosotros viajábamos para ver a los clientes y nos dimos cuenta que empezaban a comprar menos, que se avecinaba una crisis al sector de la construcción y que iba a pasar algo. No sabía de qué magnitud, pero notábamos que las ventas bajaban y no tenía sentido seguir apostando por un sector que como hemos visto acabó por los suelos.
¿Cómo fue ese cambio en el modelo de negocio?
Había que tomar una decisión estratégica si quería que el grupo siguiera creciendo y como conozco muy bien la Costa del Sol sabía que los hoteles siempre iban a estar llenos y me metí en este negocio.
Apostó por el modelo turístico ´todo incluido´, un formato ajeno a la Costa del Sol.
En aquellos tiempos conocía bastante a uno de los jefes del touroperador First Choice, que es el más importante en el Reino Unido. Un día le comenté que tenía terrenos en Benalmádena, en primera línea de playa, y que quería ser el empresario hotelero líder de la Costa del Sol. Nos pusimos a trabajar y me dijo que debía apostar por este modelo, que era el del futuro. Hicimos un planteamiento de construir habitaciones grandes de hasta 72 metros cuadrados, como si fueran un apartamento, apostar por el turismo familiar, la calidad y por el todo incluido. Y mira ahora.
Un riesgo.
No. Una apuesta con muchas horas de trabajo detrás. Además es muy simple. El turista británico cuando viene con sus dos o tres hijos de vacaciones desconoce cuánto le va a costar almorzar o cenar en un restaurante y a lo mejor se le va de presupuesto. Nosotros le ofrecemos un formato de ´todo incluido´, pero no de menú de seis euros. Ojo, nosotros tenemos una carta de más de 150 platos, damos calidad, beach club, golf, animación, turismo de salud… Ofrecemos lo que nadie tiene en la Costa del Sol. Hay muchos [primera vez que se muerde la lengua para no dar nombres] que nos critican, pero no saben de turismo por la sencilla razón que no tienen camas que explotar.
Aún así es un tipo de turista no bien visto en la Costa del Sol. Dicen que su gasto se concentra sólo en sus hoteles y no repercute tanto en la economía local.
Falso. Eso lo dicen algunos señores que no les gusta nuestro formato [se contiene otra vez]. Será por que mis hoteles tienen éxito.
¿Quiénes?
He prometido no dar nombres. Son esos que salen en las fotos y que no saben de turismo.
Pero, ¿tienen razón o no?
Están muy equivocados. Sólo tienen que venir a las puertas de los hoteles y verán como no paran de salir autobuses a Córdoba, Granada, Sevilla, Málaga… Tenemos además una flota de autobuses que los lleva gratuitamente a Benalmádena, Fuengirola, Puerto Banús… Si yo lo que quiero es que salgan del hotel, no ves que así consumen menos y lo tienen ya todo pagado.
En sus escasas intervenciones públicas suele ser muy crítico con las administraciones turísticas.
Mis hijas me tienen prohibido que me meta en nuevos charcos, pero ya que lo pregunta, le contesto. ¿Cuántas camas firman los políticos con los touroperadores en las ferias turísticas? Ninguna. No conocen la oferta para venderla. Todavía estoy esperando a que visiten y conozcan el complejo Holiday World, que oferta más de 4.500 camas. Yo me pregunto qué le va a contar a los touroperadores del mayor complejo hotelero de la Costa del Sol si no lo conocen. Se lo inventarán.
¿No existe una relación fluida entre empresarios y administración?
Los políticos deben sentarse más con los empresarios, poner entre todos dinero y gastarlo en una estrategia común. No como hasta ahora que cada uno hace la guerra por su parte.
¿Por ejemplo?
Te pongo un ejemplo de esa falta de coordinación: los políticos deben dejar de vender el verano. Los empresarios queremos mayor esfuerzo para los meses de invierno. El verano en la Costa del Sol lo vende hasta mi nieto que tiene 16 años. Si quieren levantar y consolidar la Costa del Sol, y lo vengo diciendo desde hace tiempo y mis hijas también, lo que hay que hacer es aportar por el turismo de invierno. El de verano funciona gracias a los hoteleros, no a los políticos, de verdad.
¿Cómo?
A Palma de Mallorca que es una isla van 250.000 ciclistas en invierno. Si esos vinieran a la Costa del Sol tendríamos unas 250.000 pernoctaciones durante semanas. La diferencia entre ese destino y el nuestro es que ellos tienen carril bicis, rutas definidas para los ciclo turistas y yo me pregunto dónde estan esos carriles en la Costa del Sol. No existen. Y mira que mi hija Marifrancis los pide casi a diario.
También se habla de atraer en invierno a equipos de fútbol, atletas, ciclistas…, que en sus países no pueden entrenar por el clima
Desde el año 2014 tienen encima de la mesa el Ayuntamiento de Benalmádena, el Patronato de Turismo, la Diputación, la Consejería de Turismo los planos, presupuestos…, de una idea que vimos en el Club La Santa (Lanzarote). Tenemos un terreno aquí de 80.000 metros cuadrados y le propusimos a las administraciones hacer cinco campos de fútbol, una pista de atletismo, diez pistas de padel, una piscina olímpica, cuatro de waterpolo…, para que entrenen deportistas extranjeros en invierno y poder llenar los hoteles. Pero no sólo los míos, si no que este proyecto beneficiarían todos.
¿Y?
Pregúnteles a ellos. Hace un mes Elías Bendodo presentó una propuesta parecida a los medios de comunicación. Pues bien, mantengo mi oferta y los 80.000 metros cuadrados para hacer ese proyecto.
Entiendo que no existen recetas mágicas para combatir la estacionalidad turística.
No. En la Costa del Sol se cierre el 80% de la oferta en los meses de invierno, pero si se trabaja se logra esquivarla. Yo tengo cuatro hoteles y abro los tres grandes en invierno y para el próximo abriremos los cuatro hoteles.
Un mal endémico en la Costa.
Los hoteleros queremos abrir todo el año, pero hacen faltan turistas. Se crearía más empleo, más riqueza…, pero para ello necesitamos que alguna vez los que nos gobiernan escuchen las propuestas de los que nos dedicamos a esta industria, de los que entendemos. ¿Y por qué entendemos? Fácil, gestiono 4.500 plazas hoteleras y lo tengo lleno todo todo el año. A mí me cuesta el dinero, a ellos no. Que pregunten.
Entiendo que no está muy satisfecho con la labor de interlocutor de la patronal hotelera (Aehcos) con las administraciones.
Nada satisfecho. Ahora ha entrado un nuevo presidente, Luis Callejón, que va a cambiar un poco todo esto. Lo que sí han conseguido los anteriores presidentes es que tengamos el convenio colectivo del sector más alto de toda España.
¿Por qué no pertenece su grupo hotelero a Aehcos?
No estábamos de acuerdo con las líneas de trabajo de los dos últimos presidentes. Ahora, con la llegada a la presidencia de Luis Callejón estamos estudiando incorporarnos a la asociación. Eso le decidirá mi hija Marifrancis que es la que dirige los hoteles y tenemos el convencimiento de que Callejón cambiará a mejor la asociación hotelera.
¿Qué le falta a la Costa del Sol?
Tiene de todo pero se debe apostar también por el turismo de salud. Nosotros estamos trabajando en esta línea y los resultados son positivos. Y falta algo muy importante, los extranjeros no tiene oferta dónde salir en invierno en la Costa del Sol. No hay programación de teatros, de música, de espectáculos… Llega un momento que se les hace eternos los quince días de estancia sin tener donde divertirse.
Volviendo a su grupo. Tiene planificada la apertura de un nuevo hotel.
Si me dan licencia sí.
El hotel Venecia.
Sí, pero llevo cuatro años esperando una licencia. Tres con la anterior alcaldesa y uno con la nueva corporación de Víctor Navas, pero tampoco se deciden. Es un hotel que he copiado de uno de Las Vegas. El pasado día 21 volé desde Los Ángeles a Las Vegas para visitarlo y cerrar los últimos detalles del proyecto. No hay que tener rubor y copiar lo que funciona. Si en un periodo corto de tiempo no me dan la licencia en Benalmádena me llevo el proyecto a los terrenos que tengo en Marbella, que ya tienen uso hotelero. Lo que estoy seguro es que lo voy a hacer. Quiero hacerlo antes de morirme y me hace ilusión subirme en las góndolas que habrá como en Venecia. Te hablo de 2.500 plazas hoteleras de gran lujo.
No está mal eso de copiar ideas. Pocos empresarios lo reconocen y todos se presentan como visionarios.
Sí, yo copio, imito y lo adapto a nuestras necesidades. Yo copio, por ejemplo, de los empresarios hoteleros mallorquines que son los mejores del mundo. Creo que ellos inventaron hasta los hoteles. Yo no invento cosas que no sé hacer y no me ha ido mal. Yo hice una apuesta y mis hijas lo han mejorado.
En 2011 se publicó que iba a construir un parque atracciones y de ocio en Marbella. ¿Qué paso?
No he decidido si hacerlo aquí o en Levante. En Marbella tengo un terreno de 3,8 millones de metros cuadrados, pero no tengo nada en firme todavía.
[La entrevista se realizó dos días antes del acto de celebración del 50º del grupo, donde avanzó que el proyecto lo tiene firmado con un fondo de inversión para su posible desarrollo en los terrenos que tiene en Marbella y que crearían 9.000 puestos de trabajo]
Hay un dicho muy popular y dicen que cierto. «El abuelo fundó la empresa, el padre la hizo crecer y el nieto la fundió».
No es nuestro caso. Tenemos firmado un protocolo de actuación familiar por el que, por ejemplo, si mis nietos quieran entrar a trabajar tienen que tener una serie de requisitos, de idiomas, haber estado trabajando en puestos directivos de otras empresas… Si no se cumplen no podrán trabajar en puestos directivos.
Atípico en estos tiempos donde prevalece el enchufe, el nepotismo…
Bueno, sí, pero hay que ser profesional y responsable. Tenemos trabajando más de 1.100 personas y proyectos para crear otros 9.000 puestos de trabajo. Lo que no podemos permitir es que luego vengan mis nietos y si no están bien preparados tiren por la borda mi trabajo, el de mis cuatro hijas y pongan en la calle a diez mil familias. Eso no lo voy a permitir.
Sus hijas. No para de hacer referencias a ellas. Tiene cuatro y cada una está al frente de un área del grupo Peñarroya.
Cada una tiene una responsabilidad diferente y hacen cosas que yo nunca hice. Ellas son las que dirigen todo esto de verdad y con acierto. A mí me consultan los temas importantes, pero yo no me meto en el día a día. Una de las apuestas de mis hijas es renovar e innovar constantemente los hoteles. Y lo digo con orgullo por que hay hoteles de cuatro estrellas en la Costa del Sol que no se merecen ni tener dos estrellas. Ya es hora de que se meta Turismo y les quite las estrellas a los que no se merezcan tenerlas por que lo pagamos los que cumplimos. Vienen los touroperadores y nos dicen ´mira hay hoteles de cuatro estrellas en invierno con pensión completa por 28 euros´. Y eso nos perjudica a los demás pues quieren que también tiremos los precios. A ver si nos damos cuenta que lo importante para este destino no es que vengan más turistas, sino que estén más tiempo y tengan mayor gasto, así se consigue la rentabilidad y esto conduce a más empleo.
Cuesta creer que no se meta en el día a día.
Me cuesta mucho trabajo. Sí.
¿Lo cumple?
Mordiéndome mucho la lengua. Yo si veo algo que esta mal no se lo puedo decir al empleado, se lo tengo que decir a mi hija. Soy muy obediente y me dijeron que no podía hacerlo.
Pues vaya cambio.
Estoy tratando de ser bueno. Además, mis hijas lo hacen mejor que yo. Y lo digo con orgullo de padre, pero sobre todo como empresario.
La Operación Malaya. Detenido en junio de 2006 y absuelto de todos los cargos en 2013. Siete años de pena de banquillo.
Yo había pasado ya por varios salpullidos. La Justicia se equivocó conmigo tres veces. Cuando me involucraron en el caso Intelhorce, donde se comprobó que nada tenía que ver; en otra que dijeron que había presentado suspensión de pagos o cuando me involucraron en una estafa cuando yo era al que querían estafar más de tres mil millones de pesetas.
Pecata minuta en comparación con el caso Malaya.
Lo del caso Malaya fue una cosa de una maldad absoluta por parte del juez instructor [piensa y se contiene]. Este magistrado, que era muy listo, vio un papelito que le quitaron al señor Roca en la documentación y que era una servilleta de un bar y que ponía ´Villaroya 35.500 euros´. Entonces el juez y el fiscal Anticorrupción, muy listo y hábil también, dijeron que el señor Roca se había equivocado y que donde ponía Villarroya el señor Roca quería decir Peñaroya. Me llamaron a declarar después de estar detenido cuatro días cuando legalmente sólo se puede estar tres. Hay jueces y fiscales que eso les da lo mismo y esos cuatro días no me los quita ya nadie.
Siete años a la espera de una sentencia.
Yo les dije desde el primer día que yo no era Villarroya, pero el fiscal siguió para adelante y ahí estuve siete años de pleito, sentado en el banquillo, saliendo en la prensa, en internet…, teniendo que agachar la cabeza cuando entraba en un restaurante por que los clientes se daban con el codo al verme pasar…
Todo se aclaró a su favor cuando Roca declaró que no era usted el empresario de la servilleta.
Sí, declaró ante el juez que no era yo, que es lo mismo que le dije al juez instructor cuando me detuvieron. Y cuando me tocó a mi declarar en el juicio, el fiscal Anticorrupción se dio cuenta de que se había equivocado. Pero ni él ni el juez instructor han pedido públicamente perdón por el daño que me han hecho a mí y a mi familia. Todavía lo estoy esperando. Yo cuando me equivoco pido perdón, pero estos señores no piden perdón, están por encima del bien y del mal.
Se le acusaba de pagar por obtener una licencia.
Vamos a ver. Dejé muy claro que cómo iba a pagar por una una licencia dos años y medio después de obtenerla. No conozco a nadie que pague por una licencia a los dos años de obtenerla.
¿Cómo le ha afectado a sus negocios esta imputación durante siete años?
Yo he ido a Estados Unidos varias veces y mi abogado ha tenido que firmar documentos de que estoy absuelto del caso Malaya para los empresarios con los que me senté a negociar. Pues imagínate la de gente que no habrá querido hacer negocios por que se me había involucrado con ese asunto. Lo he notado mucho pero he sobrevivido, mis empreas van bien y he sido absuelto, pero hay otros que han acabado arruinados.
La pena de banquillo es letal.
Sí. Tres día a la semana y gracias a Dios que el presidente de la sala, el magistrado José Godino, es una magnífica persona. Se le pedía permisos para no asistir a la sala y te lo daba sin pedirte explicaciones. Todo lo contrario que el señor fiscal y el señor juez instructor. Me han hecho mucho daño, pero a mi familia mucho más. Como yo empecé en la calle vendiendo ladrillos pues he sufrido ya mucho antes y lo puedo aguantar. Pero eso para mi se queda.